Publicado por: 
Edward Vega Gavidia

El proceso de Enseñanza-Aprendizaje no se limita a un aula, los medios digitales son una herramienta de ayuda, sin embargo, no sólo se trata de implantar nuevos sistemas.

En tiempos de crisis los gobiernos suelen preocuparse por la continuidad de los servicios básicos como agua y luz, salud y comunicaciones; como en el caso del Covid-19 en Perú, que nos ha llevado incluso al aislamiento social y toque de queda. En ese contexto, los servicios educativos no son prioritarios, puesto que puede significar poner en riesgo a los estudiantes mientras asisten a sus aulas de clase, lo que afecta principalmente la formación básica.
A pesar de ello, las personas aprendemos constantemente y de diversas formas, ya que los seres humanos podemos aprender “sin orden ni disciplina externos, o bien de acuerdo con las normas fijas y previamente establecidas de una escuela o centro docente”, como explica el profesor Phd. Carson Ryan, de la Universidad de Carolina del Norte, en su publicación “Cómo aprende la gente”. Esto quiere decir que quienes se encuentran en la formación básica, no sólo pueden aprender en sus aulas de clase, sino que pueden aprovechar momentos en casa, estando con amigos e incluso durante momentos de ocio.
Se requiere un mensaje preciso, empático, profundo; que permita al estudiante comprender realmente lo que se espera que aprenda y cómo puede apreciarlo en su entorno; por ejemplo, utilizando analogías como una reacción química mientras alguien está cocinando, la aplicación de un triángulo rectángulo para calcular una medida en su dormitorio, durante su rediseño o, apreciando lo entretenido de conversar sobre personajes de la historia con adultos mayores. Además, es necesario que el estudiante pueda consultar a recursos de aprendizaje complementarios que den soporte a su aprendizaje y así, asistir a las sesiones de clase con más experiencias e ideas que enriquezcan el tiempo compartido en grupo.
El estudiante es cada vez más digital, por ello necesita tener a su disposición recursos online que oriente su aprendizaje fuera del salón de clases; en tal sentido, una plataforma digital de aprendizaje permite fortalecer este proceso y brinda mayor confianza en el padre de familia, al poder apreciar la evolución del aprendizaje de sus hijos incluso en sus hogares. Desde hace más de una década diversos software orientados al aprendizaje online han mejorado continuamente, hasta convertirse en plataformas de aprendizaje maduras y robustas; un ejemplo de ello es Moodle, que fue lanzada por primera vez al mercado en el 2001 y en el 2020 tiene más de 79 millones de usuarios en el mundo.
Finalmente, cabe mencionar que implementar una solución para el aprendizaje online no sólo implica implantar la plataforma digital, sino que también requiere adoptar nuevas técnicas para el proceso de enseñanza-aprendizaje y orientar a los maestros para que puedan aplicarlas con sus estudiantes, de manera que todos los esfuerzos se vean reflejados en la continuidad de la educación y, esencialmente, en cada vez mejores logros de aprendizaje.